A mis alumnos siempre les comento y explico en qué consiste y cuál es el negocio básico de un Banco. Como hija que soy de autónoma he sufrido durante toda mi vida una relación tortuosa con los Bancos. Por ello considero necesario explicarles que los Bancos no son más que empresas y por tanto siempre buscarán su propio beneficio y que debemos acudir a todos los Bancos de la competencia a negociar las condiciones de nuestros préstamos o de nuestros depósitos antes de quedarnos con uno.
Tardamos más en elegir un pantalón vaquero que a qué Banco vamos a entregarles todos nuestros ahorros e incluso a hipotecar nuestra vida. ¿Y por qué?
Porque socialmente trabajar en un Banco era lo más. Cualquier madre estaría muy orgullosa si su hijo o hija está trabajando en un Banco.
Cuando una persona entra en un Banco entra como atemorizado, casi todas las veces te hablan con una terminología que está fuera del alcance de la mayoría de la gente, te hacen firmar papeles con una letra pequeña, no son claros y su asesoramiento siempre es a su favor, pero parece que lo hacen por tu bien.
Cuando acudes te dicen una cosa, pero luego el Banco hace otra. En el caso de que vayas a quejarte da lo mismo, ya que sus escusas ni siquiera las llegas a entender.
Esta crisis parece que los ha quedado un poco en descubierto, pero siguen salvándose de la crisis mientras que el ciudadano pierde sus casas, su dinero y se quedan en la calle. ¿Habremos aprendido algo?