Leo hoy un artículo de la página nada es gratis muy curioso porque hoy en día no te miran bien ni siquiera los otros profesores.
Parece que eres culpable de que les hayan bajado el sueldo, que les suban las hipotecas, que les toque pagar en la Declaración de la Renta, que no les concedan los préstamos o simplemente que les hables a los alumnos de dinero, de Bolsa o de empresas y empresarios.
El otro día hablaba con una compañera de un nuevo proyecto que tengo pensado realizar para el curso que viene con los alumnos. Hacer dinero propio y pagarles por la asistencia a clase, por los ejercicios bien realizados y a tiempo, por los exámenes,... en fín notas en función de la productividad (sueldo según la productividad). La mirada de esa compañera no fue precisamente buena.
Sólo comentó, vamos sin derecho a ponerse enfermos, sueldo según trabajo, sin salarios mínimos,....
Sólo faltó que me dijera TÚ y tus enseñanzas son las culpables de la Crisis que tenemos ahora y de los cinco millones de parados.
Y como decía Einstein: “LA CIENCIA NO ES MÁS QUE EL REFINAMIENTO DEL PENSAMIENTO COTIDIANO" por eso lo que intentamos los profesores de economía es explicar educación financiera de forma sencilla y amena. Que la gente adquiera un conocimiento de la economía y de las causas de una mala gestión de la economía y de los grandes beneficios que nos proporciona una buena gestión de la economía y de las empresas.
¿Cómo le confieso a mis hijos que soy economista? (por Juan de Mercado)
Un amigo mio de tierras muy, muy lejanas, me envia unas breves reflexiones sobre la vida familiar de los economistas pero prefiere utilizar nuestro nombre de Juan de Mercado. Ahí van:
Esta viñeta del genial Forges me ha hecho pensar que cuando me interpelen por mi profesión debería responder “Economista, pero yo no he sido”. Este clarividente artículo de Javier Valenzuela me ha llevado a reflexionar que también esto va a ser difícil explicárselo a mis hijos.
La ciencia económica ha sido especialmente criticada a lo largo de los últimos años. Se la ha culpado de inútil para prevenir la crisis y para fundamentar respuestas eficaces de política económica. Dejemos de lado que estas críticas provienen, en muchas ocasiones, de ignorantes que desconocen el estado actual de dicha ciencia. Obviemos también que es más fácil protestar y criticar que proponer enfoques alternativos. No se trata ahora de desenmascarar a presuntos economistas con vocación de agitadores sociales que tratan de disimular, sin éxito alguno, su ignorancia económica con heterodoxia (para eso ya tenemos a Jesús ). Sobre lo que me gustaría reflexionar aquí es acerca de la labor de los economistas que trabajan como asesores de los gobernantes.
Esta viñeta del genial Forges me ha hecho pensar que cuando me interpelen por mi profesión debería responder “Economista, pero yo no he sido”. Este clarividente artículo de Javier Valenzuela me ha llevado a reflexionar que también esto va a ser difícil explicárselo a mis hijos.
La ciencia económica ha sido especialmente criticada a lo largo de los últimos años. Se la ha culpado de inútil para prevenir la crisis y para fundamentar respuestas eficaces de política económica. Dejemos de lado que estas críticas provienen, en muchas ocasiones, de ignorantes que desconocen el estado actual de dicha ciencia. Obviemos también que es más fácil protestar y criticar que proponer enfoques alternativos. No se trata ahora de desenmascarar a presuntos economistas con vocación de agitadores sociales que tratan de disimular, sin éxito alguno, su ignorancia económica con heterodoxia (para eso ya tenemos a Jesús ). Sobre lo que me gustaría reflexionar aquí es acerca de la labor de los economistas que trabajan como asesores de los gobernantes.
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